martes, 22 de noviembre de 2011

Una gran aventura

Octava entrada

Por fin. Es el momento que todos esperábamos. Estamos a unos cuantos metros de las instalaciones de la fuerza alemán. Podemos sentir que la victoria está en nuestras manos.

La única cosa que en este momento nos separa es una gran barrera electrificada, adornada con cabezas cercenadas que seguramente son de nuestros amigos. En la base de la misma encontramos muchos cuerpos decapitados. Parece que es una advertencia para no acercarse o caso contrario terminar así.

Pero en estos momentos eso ya no importa, pues tenemos en mente terminar con todo esto, acabar con una gran plaga humana que devastó la vida de todos y cada uno de los mexicanos y de nuestros vecinos guatemaltecos.

Son las tres de la mañana y es el momento perfecto para iniciar nuestro ataque.  Algunos metros atrás de nosotros se encuentran 17 plataformas listas para comenzar el bombardeo.  Bajo tierra hay tres escuadrones con cañones sónicos conectados al piso de la base enemiga. En el aire, están suspendidos cuatro aviones fantasma, repletos de hombres armados listos para atacar en tierra.

Algo está saliendo mal, los alemanes se enteraron, y están saliendo. Da comienzo  un tiroteo, acompañado por granadas.  Nuestros escuadrones bajo tierra activan los cañones y los enemigos empiezan a caer aturdidos por el horrible ruido que producen las armas. 

Nuestras plataformas comienzan a bombardear, al hacer explosión, las bombas comienzan a esparcir un ácido que comienza a pudrirles la piel. Los aviones fantasmas descienden y los hombres empiezan a tomar posiciones en tierra y comienza el ataque.

Muchos alemanes tratan de refugiarse en su complejo, pero nosotros comenzamos a entrar y arrojar algunas granadas, provocando que caigan muertos. Algunos más que están heridos, son víctimas de nuestras rápidas torturas, con parches de ácido y pistolas sónicas.

Todo está funcionando, es perfecto. Un poco más y creo que ganaremos esta lucha. Algunos alemanes tratan de dar aviso a sus tropas de refuerzo pero es inútil, pues antes de que puedan hacer algo caen por el sonido de los cañones.

Al parecer todo está terminando, y solo tendremos que avanzar a donde se encuentran sus apoyos, para terminar también con ellos y que todo esto quede atrás para siempre. 

Llegamos a donde se supone deben estar sus refuerzos, pero no hay nadie y todo está silencioso. Sabemos que por lo menos ahí se encuentran tres mil hombres. Algo está mal, aquí debería haber alguien. Se escucha un raro sonido que viene de arriba. Una gran esfera se puede divisar en el cielo. Mientras la vemos acercarse, alguien nos está gritando que corra, pero no puedo moverme, algo me lo impide, todo esto es…

Que frío hace, debo moverme de este callejón e ir a buscar a ese vaishnaba, necesito un par de parches más. Casi parecía realidad este viaje. Tal vez la próxima vez encuentre descorchando botellas o tal vez tenga un Déjà vu.

1 comentario:

  1. Hola.
    Muy buena entrada en creatividad y buena en redacción.
    Solo que no entendí tu último párrafo, y me parece que es sumamente importante.

    ResponderEliminar