martes, 15 de noviembre de 2011

Un momento de calma

Septima entrada

Esta amaneciendo y faltan unos kilómetros para llegar al centro de reunión general. Es una base creada para poder recibir el armamento y dirigir los escuadrones de combate. Esta  ubicada en Jalisco, cerca de lo que era la Laguna de Chápala, y que ahora solo es un pantano.

Otra de las bases; escondida cerca de los límites del ejército Alemán, está en Durango cerca de  la Laguna Santiaguillo. Desde aquí se está haciendo vigilancia, para así poder estar al tanto de los movimientos del enemigo.
Nosotros llegaríamos a Chápala, nos integraríamos a grupos de combate y nos trasladaremos a Durango donde todo estará listo para el gran ataque.

El plan; según el comandante, será un ataque inminente con bombas durante las primeras horas de la madrugada. Vamos a tomar sus vidas mientras duermen, sin saber nada, soñando, y que en ese momento se queden y no despierten jamás, tal como ellos lo hicieron en algún momento con las vidas de nuestros hermanos. Esa sería una forma adecuada de morir, tomando en cuenta que nos mostraremos piadosos.
Después de ese ataque los pelotones de batalla entraran a sus instalaciones,  y comenzarán a atacar y asesinar a todo el que sea alemán, para después tomar el lugars, y resguardar a todos ahí; esperando a la llegada de mas enemigos.Todo estaba planeado, pero solo espero que todo salga bien.   

Apenas llegamos a la base de Jalisco. Ya se está metiendo el sol, lo que significa que queda menos tiempo para comenzar con el fin del enemigo y poder restaurar todo lo que se ha perdido en todo este tiempo.

Descansando un poco en este lugar, espero poder despejarme, y dejar de escuchar en mi cabeza este molesto ruido; parece una chicharra, que cada determinado tiempo comienza a sonar, pero no es algo que me distraiga de mi objetivo.


Son las ocho de la noche y ya nos dirigimos hacia Durango, cada vez falta menos tiempo y estaremos más cerca de la gloria. Son muchos los sentimiento que albergan nuestras mentes; sentimientos de venganza, de dolor, de sufrimiento, de resentimiento, que solo se podrán disipar muy difícilmente con el placer de retorcer el cuello de varios enemigos, de deshacer sus cerebros, o aplicar cualquier castigo como ellos lo hicieron con nosotros. 
Pero todo se decidirá en unas horas, la vida y la muerte se reunirán esta noche que seguramente tendrá un rojo amanecer.     

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