domingo, 16 de octubre de 2011

Al fin y al cabo un infierno

Siete miserables semanas, 42 horribles días, 1008 dolorosas horas. Todo este tiempo sufriendo por dejar todo atrás. Todo por lo que luché, por lo que me esmeré, lo que juré nunca abandonar; todo esta derrumbado. Mi casa, mi ciudad, mi país, mi familia, ahora son cosas que solo quedarán en mi mente y en el pasado. Tener que huir para poder salvar tu vida, es la primera y única opción que me queda.
Son las tres de la mañana y el autobús no arranca. El ejército casi nos pisa los talones y aún estamos a la espera de más gente. A través de buenos contactos, un pequeño grupo consiguió un transporte para ponernos rumbo a Guatemala; lugar en el que nos darán algo semejante al asilo político.  De cualquier forma estaremos a salvo por lo menos un tiempo.
Después de la promulgación de la Ley Roja, otra ley se le unió a esta: la Ley Grial. Esta ley no solo afecta a gente enferma, sino también a toda aquella que no cumple con un estándar educativo, pues según ellos, una mala educación propicia una manera primitiva de ver y entender las cosas, lo cual a su vez provoca opiniones y conductas no favorables para el nuevo país.
Miles de personas que no rebasan ni siquiera una educación básica, se ven obligadas a ponerse en manos del ejército, pues como era de esperarse, muchos no tendrían una manera de huir de este lugar. Aunque yo no poseo ese problema, tampoco quiero seguir siendo testigo de acciones tan violentas e inhumanas.
Bastante tuve la semana pasada, presenciando la inauguración de la copa de purificación. Como si no fueran suficientes sus centros de concentración, estos animales hicieron del Campo Marte, uno de sus centros de entretenimiento; pues al existir tanta gente afectada por estas dos leyes, tenían que encontrar alguna forma de divertirse con ellos.
Dicha copa de purificación, no es más que la copia de un circo romano en pleno siglo XXI. Toda la gente es llevada al centro del lugar, la bañan en sangre de animales, dejan que pase un tiempo, y después, se abren unas pequeñas rejas de donde salen hambrientos leones. El edifico es testigo entonces, de una más de las horrendas diversiones de estos bufones.
Entonces, que más da si me voy, si me alejo de este lugar, si dejo atrás todo; así, ya nada tiene sentido. Despertar cada día y escuchar disparos, gritos, lamentos; no es algo que me ayude a recuperarme. Estoy seguro de que las cosas estarán mejor en otra parte; donde no exista un cielo cargado con nubes de cenizas rojas.         

3 comentarios:

  1. Compañero, desde el primer párrafo estas omitiendo acentos. Necesitas hacer una revisión más minuciosa.
    Me parece buen relato.

    ResponderEliminar
  2. "quedaran" lleva acento porque hablas en futuro y la sílaba tonica es aguda.

    "estamos a la esperara de más" pusiste un "ra" de más.

    "Despertar cada día y escuchar disparos, gritos, lamentos; no es algo que me ayude a recuperarme. Estoy seguro de que las cosas estarán mejor en otra parte; donde no exista un cielo cargado con nubes de cenizas rojas" en estas oraciones no va el punto y coma porque te refieres a lo mismo y el punto y coma introduce una nueva idea.

    Fue una entrada regular. "Ni muy muy ni tan tan".

    ResponderEliminar
  3. Muy buena entrada, al igual que la anterior.
    ¡Bien!

    ResponderEliminar