lunes, 3 de octubre de 2011

Un lugar llamado infierno

Era sábado por la mañana, uno de esos días en los que se prefiere un buen café, y quedarse acobijado en el sillón mientras se disfruta de un buen libro; pero en realidad eso solo será mi deseo, pues como están las cosas, no lo veo posible.

Hace ya un año desde que México quedo anexado completamente al Gobierno nacionalsocialista de Alemania, y como era de esperarse, sus fuerzas militares han hecho profundos estragos en todos los rincones del país, sin esperanza alguna de que alguien pueda hacer algo al respecto.

Apenas hace tres días, sin escalas, directamente de Alemania, llego la horrible noticia, se aprobaba la Ley Roja, misma que no tardaron en ejecutar, la cual, promete acabar con todo lo que para ellos es sucio. Sin importar sexo, religión, ideología política o poder,  desde los niños hasta los ancianos, todos son castigados con infames torturas, asesinados a sangre fría, la razón solo es una: no somos dignos, y es que el solo hecho de portar cualquier tipo de enfermedad, desde la más simple hasta la más mortal, nos degrada, nos convierte en nada, y nos otorga el privilegio de morir de una manera cruel y abominable.

Tan rápido como aprobaron todo este holocausto, las principales plazas, estadios, parques, escuelas e iglesias se han convertido en verdaderas bocas del infierno, centros de concentración, en donde el destino de cada persona es tomado entre las manos sádicas de la fuerza militar. Desde simples latigazos, hasta elaborados aplastamientos, el catalogo de martirios hace que la mejor película de horror sea una caricatura para niños.

Más que terminar rápido con el dolor, disfrutan sus crueles torturas, de las que, lamentablemente nadie puede escapar. Ya terminada su función de placer sádico, y aun habiendo cuerpos retorciéndose por el dolor, junto con los ya muertos, todos son trasladados a grandes hornos para que no quede nada. Lo único que se escucha son gritos ahogados implorando piedad, al final todo queda en un puñado de cenizas que llegan a tornarse en un particular color rojo.

El resto de la población es obligada a ver todo lo que pasa a su alrededor, con la advertencia de que pasará lo mismo en el momento en que crucen la línea, y se conviertan en gente enferma. Al ver y oler la nítida fragancia de la muerte, muchas personas preferirían estar ahí dentro, hacer más corta su espera y embarcar de inmediato ese ferry de dolor y muerte, pues tarde o temprano, su historia terminará de esta manera.

Tal vez esto parezca demasiado pero no hay otra historia, no existe otra versión para todo esto, solo es la cruda realidad. Me parece una pesadilla, pero la diferencia entre las que solía tener cuando era niño, es que esta sí es de verdad.

Las redes de comunicación han sido bloqueadas. Solo por medios clandestinos, podemos informarnos de lo que pasa en otras ciudades. El Gobierno de Estados Unidos no puede hacer nada al respecto, pues ahora se desvelaron sus verdaderas intenciones: aliarse con Alemania y participar en esta hecatombe, para así poder obtener una fracción más  de nuestro ya fragmentado país. Nos hemos enterado de que la mayoría de la población está abandonando el país para irse hacia el sur. Estoy comenzando a creer que es una buena opción, pero que, aun así, tarde o temprano, ese gobierno y su Ley Roja, nos alcanzarán hasta dejar todo en cenizas rojas.


7 comentarios:

  1. ¡Va muy bien! Cuidado con los acentos que faltan en algunas palabras. En ocasiones, sus proposiciones son excesivamente largas y complicadas. Sería mejor que empleara punto y seguido cuando la subordinación no resulta estrictamente necesaria.

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  2. Igualmente ¡muy bien!
    Te daría alguna recomendación, pero creo que ya te las dieron.

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  3. ¿Si tienes tiempo me ayudarías a checar mi blog?

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  4. Hola.
    Me gustó mucho tu entrada, si con muy poquitas faltas pero en si el tema es muy bueno.
    Felicidades

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  5. En el sexto párrafo pasará y terminará las escribiste sin acentos.
    El septimo parrafo sí también lleva acento.
    Es una excelente entrada.

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  6. Ya pon tu nueva entrada porque quiero saber que pasará.

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